Repetimos con la pintura en cubitos y, de nuevo, nos lo pasamos en grande. Los días de mucha calor se agradece poder hacer actividades refrescantes y, a qué niño no le gusta pintar?

Estos cubitos los hicimos con mezclas de agua y tempera en lugar de con colorantes alimentarios como enseñamos la otra vez. Así, tenemos colores más vivos.
Al final, fuimos directos a la bañera… pero nos divertimos mucho.