Estos días de vacaciones de verano son de lo más ajetreados, siempre tenemos mil cosas que hacer… pero también nos gusta relajarnos. Cuando mis dos hijos más pequeños duermen, mi hijo mayor (6) y yo aprovechamos para jugar juntos a juegos «de grandes». El otro día improvisamos un juego de la L con una caja de cereales (mi querido cartón de caja de cereales…).
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Este juego fue ideado con el propósito de crear un juego con el mínimo de piezas y de reglas posible pero implica un alto grado de habilidad pues no hay una estrategia ganadora (dos jugadores «perfectos» pueden estar jugando de forma indefinida).
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Se juega con un tablero de 4×4 y cada jugador tiene una L de 2×3. Además, hay también 2 fichas neutrales que ambos jugadores pueden mover. Se empieza con las fichas como en la imagen y el objetivo del juego es inmovilizar la L del rival. En cada turno, el jugador debe mover su L a una posición que difiera de la anterior al menos en un cuadrado y seguidamente, de forma opcional, puede mover una de las fichas neutrales a otro cuadrado vacío.
Pasamos un buen rato con muy poco (la caja de cereales, tijeras y rotuladores…) y seguro que repetimos pues a mi hijo le encantan los juegos de mesa/estrategia.