El día 11 de julio es el día internacional de los Aceites Esenciales y después de años postergándolo, he decidido explicaros por que en casa NO los usamos. La verdad es que me ha costado mucho compartir mi opinión porque gente a la que quiero y aprecio son proveedoras de aceites esenciales pero al final, una no tiene que compartir absolutamente todas las opiniones para querer a alguien. Es más, personalmente siento que el respeto de veras es aquel que se da incluso cuando las opiniones divergen. Así que allá voy, a explicaros porque prefiero usar/trabajar con plantas enteras y evitar el uso de aceites esenciales.

LA PRODUCCIÓN DE ACEITES ESENCIALES NO ES SOSTENIBLE DESDE UN PUNTO DE VISTA ECOLÓGICO

Los aceites esenciales (ae) son unos compuestos volátiles que se encuentran en cantidades minúsculas en las plantas, por ello, para conseguir unos pocos mililitros de aceite esencial, se necesitan muchos kilos de materia vegetal. Por poneros algunos ejemplos:

  • Hacen falta 1,36kg de flores de lavanda para producir 15ml de ae (90kg por litro)
  • Hacen falta casi 50kg de pétalos de rosa (más de 240000) para producir 5ml de ae (10000kg por litro)
  • Hacen falta más de 28kg de melisa para producir 5ml de ae (5600kg por litro)
  • Hacen falta 50 limones para producir 15ml de ae (más de 3300 limones por litro)

Fuentes DoTerra EcoWatch Si tenemos también en cuenta que cada día más y más gente están optando por el uso de aceites esenciales, deberíamos empezar a cuestionarnos de dónde salen tales cantidades de materia vegetal. ¿Dónde y como se cultivan las plantas? ¿Realmente es sostenible usar aceites esenciales para limpiar las superficies de mi cocina? ¿Hay alternativas? En la mayoría de situaciones, nos daremos cuenta de que hay alternativas más sostenibles. En el caso del limpiador multiusos con ae de limón que aparece en tantísimos perfiles de Instagram, podemos usar el mismo vinagre y pelas de limón en lugar de aceite esencial de limón (al final del artículo hablaré de alternativas), que limpiará y olerá igual de bien y tendrá un impacto ecológico mucho más reducido. Sobretodo si usamos las pelas de los limones que gastamos de forma habitual y, que de otra forma, tiraríamos.

LOS ACEITES ESENCIALES PRESENTAN RIESGOS, SOBRETODO PARA LOS NIÑOS Y LAS EMBARAZADAS

Está muy extendida la idea de que lo “natural” no hace daño. Podríamos discutir sobre la definición de natural pero mejor lo dejo para otro día 🙂 Hoy os diré lo que me dice siempre mi compañero: el mercurio también es natural y te aseguro que mata… Y como hoy el tema son las plantas, yo os pondré otro ejemplo, la dedalera (Digitalis purpúrea) es una planta preciosa, con unos racimos de flores rosas y púrpuras que en estos momentos llenan de color los bosques que nos rodean. Es una planta majestuosa. Y mortal. Del mismo modo, los aceites esenciales no están exentos de riesgo. En realidad pasa más bien al contrario. Son sustancias super potentes y concentradas y deben usarse con mucho cuidado. Son tan potentes que deben diluirse primero en un aceite vegetal antes de aplicarlos sobre la piel. De hecho, la gran mayoría de ellos contienen componentes alergénicos de declaración obligatoria, cuyas concentraciones en los productos están limitadas por seguridad (por ejemplo, el geraniol, limonene, citral…). La realidad es que hay muy pocos aceites esenciales que se consideren seguros para usar durante el embarazo, la lactancia y la primera infancia y los que son seguros, deben usarse con mucha cautela.

EL USO DE DIFUSORES DURANTE LARGOS PERIODOS DE TIEMPO PUEDE SER PELIGROSO AL CONTAMINAR (SOBREDOSIS DE COMPUESTOS VOLÁTILES ORGÁNICOS) EL AIRE QUE RESPIRAMOS EN NUESTRO HOGAR

Puede que pienses que tu no aplicas aceites esenciales de forma tópica (sobre la piel) pues únicamente los usas en un difusor. En este caso, hay otro aspecto preocupante y es la contaminación ambiental (del aire que respiramos en nuestros hogares). Desde que el uso de difusores se ha popularizado, también lo han hecho los problemas por inhalación de compuestos volátiles orgánicos (VOC). Los compuestos alérgenos que nombraba antes son, en su mayoría, VOCs y estos pueden tener numerosos efectos sobre nuestra salud. A corto plazo pueden causar: – irritación de ojos y garganta, nariz – náuseas, irritación de garganta – dolor de cabeza, vómito de sangre – reacciones alérgicas, hinchazón – mareos, dolores estomacales e intestinales – fatiga, manchas en la piel. Y a largo plazo pueden dañar el hígado, los riñones o el sistema nervioso central.  Productos como las pinturas deben declarar la cantidad de VOCs que liberan pero no pasa lo mismo con los aceites esenciales. A menudo dejamos los difusores en marcha durante horas y horas, llenando nuestros hogares de compuestos volátiles que entran en nuestro organismo (al respirar) y de los que no controlamos dosis. Si queremos usar aceites esenciales como aromaterapia, unos minutos de difusor deberían ser suficientes para lograr el efecto deseado. Fuentes: https://link.springer.com/article/10.1007/s11869-018-0606-0 https://es.wikipedia.org/wiki/Compuestos_orgánicos_volátiles

LOS ACEITES ESENCIALES SON EXTRACTOS CONCENTRADOS Y NO TIENEN LOS MISMOS EFECTOS QUE LA PLANTA ENTERA

Este es para mi el punto más importante cuando usamos los aceites esenciales para mejorar nuestro bienestar. Desde mi punto de vista, existen dos aproximaciones a la hora de enfocar la salud, la integral y la reduccionista.

  • Una aproximación reduccionista es aquella que, ante un síntoma busca una droga que lo elimine.
  • Una aproximación integral es aquella que ante un síntoma, busca la raíz que lo produce y trabaja para que sea el propio cuerpo el que recupere el equilibrio.

Personalmente, prefiero trabajar con las plantas enteras en lugar de con extractos concentrados pues las plantas son seres vivos complejos que actúan a muchos niveles, ayudándote a recuperar el equilibrio perdido. Os pondré un ejemplo. La ulmaria (Filipendula ulmaria) es una planta que contiene el compuesto del que deriva la aspirina y puede usarse como esta, para aliviar dolores de cabeza, pero sin los efectos secundarios de la pastilla. Cuando usamos la planta entera, usamos un cóctel complejo. Es cierto que las plantas pueden usarse de forma reduccionista (para hacer desaparecer un dolor de cabeza) pero aunque así lo hagamos esta complejidad que presentan siempre trabaja de forma integral aunque no nos demos cuenta 😉 Es por ello que una misma planta puede “curar” lo que en principio parecen síntomas opuestos o muy diferentes y, aunque muchas tengan propiedades antibacterianas, un buen herbalista no se centrará en que la planta elimine bacterias sino en que haga espabilar a nuestro sistema inmune para que sea este quien las elimine. Los aceites esenciales son extractos extremadamente concentrados, no representan la planta entera, y a menudo su uso no difiere del de cualquier otra droga/medicina que pueda recetarnos el médico. La mayoría de ellos son tan potentes que tienen una gran acción antibacteriana por lo que no distan mucho de los antibióticos de farmacia y nunca actuarán como podría hacerlo la planta entera.

USAR PLANTAS ENTERAS ES ECOŃOMICO, SEGURO Y EFICAZ

Las plantas llevan milenios usándose para gestionar y promover la salud. Si bien es cierto que en las últimas décadas se ha perdido bastante su uso para dar paso a la medicina actual, recuperar este conocimiento es para mi una gran forma de empoderarnos. Si bien es cierto que la medicina moderna salva muchas vidas y me siento de lo más agradecida de vivir en un país con un sistema médico público de calidad también es cierto que, por lo general, muchos de los problemas que podemos sufrir pueden solucionarse si tomamos responsabilidad. Muchas veces ni siquiera necesitamos tomar planta alguna sinó cambiar hábitos de vida, alimentación o patrones mentales. Las plantas medicinales son de fácil acceso. Las podemos recolectar, las podemos cultivar en macetas (incluso en las ciudades, son preciosas y generalmente huelen muy bien) o las podemos comprar sin dejarnos el sueldo en ello. No necesitamos muchas, con cuatro básicos podremos solucionar los problemas más comunes y, desde mi punto de vista, son un mundo apasionante y cuando te adentras en este ya no hay vuelta atrás. Además, recuperar la conexión con las plantas es una forma más de reconectar con la naturaleza. Nos ayuda a sentir que formamos parte de algo mayor y, en última instancia, tiene un gran impacto en nuestra psique. Cuando uno se siente parte de un todo, es mucho más fácil afrontar retos sin perder la calma. En resumen, los aceites esenciales tienen su lugar. En casa los usamos muy de vez en cuando, cuando realmente son necesarios pues no hay alternativas pero normalmente encuentro alternativas así que hace varios años que no los hemos usado para nada.

ALTERNATIVAS A LOS ACEITES ESENCIALES

Cuando hago productos de cosmética o cuidados naturales, si quiero que huelan bien uso otras estrategias más sostenibles como macerar los aceites en plantas (y así además enriquezco el aceite, añadiendo las propiedades de la planta), uso aguas florales, infusiones… o directamente disfruto de un jabón que huele a jabón. Para los productos de limpieza, lo dicho: uso las pieles de los cítricos que de otro modo deshecharía. Como aromaterapia, uso vahos hechos con una infusión fuerte (coloco la infusión en una palangana, coloco mi cara en frente y me cubro con una toalla. De este modo gasto muy poquita planta y logro efectos muy similares a los del difusor. De hecho, a menudo los vahos son mucho más efectivos). Otra opción es echar la planta en la bañera y regalarse un buen baño o quemar planta a modo de incienso. Como medicina, usamos infusiones, tinturas, siropes y elixires… pero este tema ya da para otra entrada. ¿Os interesa? Si te gustaría que hablara de un tema en concreto, explícamelo en los comentarios.

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