Esta es una de las recetas que nunca falta en casa durante los meses fríos. La miel fermentada con ajo es un fantástico remedio natural y simple para fortalecer el sistema inmunológico por lo que este tónico es perfecto para tener a mano durante la temporada de resfriados y gripe.
Ingredientes y materiales:
- 2 o 3 cabezas de ajo
- miel cruda
- un tarro de cristal bien limpio
Procedimiento de fermentación de Ajo en Miel
Esta receta medicinal/alimentaria es super sencilla y seguro que ya tienes los ingredientes necesarios en la cocina: ajo y miel cruda. Es una buena opción para introducirse en el mundo del herbalismo o herborismo y el de la fermentación ¡al mismo tiempo! Hacer miel fermentada con ajo es increíblemente simple, ¡tan fácil que apenas necesita receta!
Paso 1: Preparar el Ajo
La parte más laboriosa es pelar el ajo. Llena un frasco de vidrio aproximadamente hasta la mitad con dientes de dientes de ajo pelados. Una forma rápida de pelar ajo es colocar el lado plano de un cuchillo de chef sobre cada diente y darle un golpe suave con la palma de la mano. Solo aplasta el ajo ligeramente sin romperlo completamente. Esto facilita el pelado y libera un poco de jugo de ajo, lo cual ayuda en el proceso de fermentación.
Paso 2: Añadir la Miel
Cuando tengas suficiente ajo en el frasco, vierte miel cruda hasta cubrir todos los dientes. Al principio, es posible que el ajo flote un poco, lo cual es totalmente normal. Es fundamental usar miel cruda para este fermento, ya que contiene las bacterias y levaduras silvestres necesarias para la fermentación. La ligera humedad del ajo iniciará el proceso de fermentación. Si usamos miel pasteurizada, también podemos extraer la propiedades del ajo con ésta pero perderemos todos los beneficios propios de la miel y no es más difícil que se produzca una óptima fermentación.
Paso 3: Cubrir y Voltear
Cubre el frasco con una tapa sin apretar del todo para permitir que escapen los gases, y guárdalo en un lugar fresco y oscuro. Es recomendable colocar el frasco sobre un plato, ya que podría burbujear un poco. Repito: Sobretodo, no tapar bien la tapa mientras dura la fermentación pues durante esta se liberan gases y si cerramos la tapa completamente, el tarro podría explotar. Queremos proteger la miel para que no entre nada indeseado y al mismo tiempo permitir que los gases que generan los microorganismos durante la fermentación puedan salir. Asegúrate de voltear el frasco cada día, o cuando te acuerdes, para que todos los dientes de ajo se mantengan cubiertos de miel. Para hacer esto, ajusta bien la tapa, voltea el frasco, y luego devuélvelo a su posición original y afloja la tapa nuevamente. Después de unos días o una semana, verás burbujas en la superficie de la miel, ¡una señal de que la fermentación está activa!
Fermentación y Almacenamiento
El ajo en miel fermentará durante aproximadamente un mes. Con el tiempo, el proceso de fermentación hará que el ajo se suavice en sabor y la miel se vuelva más líquida y pasadas unas semanas, se acabará el burbujeo. En este punto, podéis retirar el ajo de la miel y cerrar bien el tarro. Lo ajos los podéis consumir. También podéis mantener los ajos dentro e ir consumiendo la miel/ajos cuando os parezca. En casa, si nos pilla un resfriado de imprevisto, dejamos el ajo durante 24h y empezamos a usar la miel. No se habrá logrado la fermentación pero sí se habrán extraído ya propiedades medicinales del ajo. Pasado el resfriado, dejamos que la mezcla siga fermentando y para el siguiente seguro que ya está lista. La miel fermentada con ajo se conserva bien durante varios meses, ¡o incluso hasta un año o más! Puede que la miel se vuelva más densa en textura (la miel cruda tiende a cristalizar) pero sigue siendo buena.
Diferenciar miel cruda de miel pasteurizada
Creo que es importante hacer un pequeño inciso para hablar de la miel. La miel por sí misma es ya un ingrediente medicinal que puede usarse para tratar quemaduras y heridas por su poder antibiótico y bactericida o para calmar la tos y los dolores de garganta. Y su orígen importa. Cuanto más local, mejor. La miel local se habrá elaborado a partir de del néctar de las flores y otras secreciones de seres con las que compartimos ecosistema. Actualmente vivimos en entornos demasiado “estériles” y una buena exposición a nuestro entorno es clave para desarrollar nuestro sistema inmune. Es por ello que en casa siempre usamos la miel más cercana posible, a poder ser propia o de pequeños artesanos locales. También importa que no haya sido pasteurizada (tratada a relativamente altas temperaturas) pues este proceso destruye ciertas enzimas y las levaduras salvajes presentes. Levaduras que son precisamente las que van a ayudarnos a fermentar el ajo (junto a las que puedan encontrarse en el propio ajo también). Muchas veces en las etiquetas no se especifica si la miel es cruda o pasteurizada pero si ves que se trata de una mezcla de mieles de diferentes orígenes, puedes asumir que la han pasteurizado. Como digo, lo ideal es comprarle al pequeño productor.
Cómo Usar la Miel Fermentada con Ajo
¿Te preguntas cómo usar tu miel fermentada con ajo? ¡Hay muchas formas! Como ya he dicho, tanto la miel como el ajo tienen propiedades medicinales, lo que hace que esta mezcla sea ideal para fortalecer el sistema inmunológico o para consumir al sentir los primeros síntomas de un resfriado o gripe. De forma terapéutica, simplemente toma un diente de ajo o una cucharada de miel. La miel con ajo también es un ingrediente fantástico en la cocina. De forma culinaria úsala en marinados, salsas, o como glaseado para carnes y vegetales. Cualquier receta que combine miel y ajo se beneficiará de esta versión fermentada, que añade profundidad y sabor.
¿Es el Botulismo un Riesgo en la Miel con Ajo?
Una pregunta común sobre esta receta es si el botulismo es un riesgo. La respuesta es no; el botulismo es improbable en la miel fermentada con ajo debido a la acidez natural de la miel. La miel cruda, aunque puede contener esporas de Clostridium botulinum (por eso no se recomienda para bebés menores de un año), tiene un pH bajo, alrededor de 3,9, que impide el crecimiento del microorganismo. Si es algo que te preocupa, puedes usar tiras de pH para verificar que el pH de tu miel esté por debajo de 4.6. Si el pH de tu miel es demasiado alto, puedes agregar un poco de vinagre de sidra crudo para aumentar la acidez. Este paso generalmente no es necesario, pero puede darte tranquilidad. Recuerda: la miel fermentada con ajo no debe darse a bebés menores de un año.
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