¿No sabéis que hacer con las guirnaldas de luces de Navidad? Hoy os enseño una idea bien fácil que os dará mucho juego… La caja de luz es una herramienta de experimentación de esas que encanta a los peques. Evidentemente, podéis hacerla tan sofisticada como queráis (me gusta añadirle espejos en 3 de los laterales pero como en casa son 4 peques… ¡necesitan poder acceder todos a la vez!) pero para empezar os diría que empezarais con algo simple como os muestro hoy.

El único requisito indispensable es encontrar una caja de plástico cuya tapa sea plana. Después únicamente tendréis que hacer un agujero en un lateral para dejar salir el enchufe de las luces y forrar por fuera con el adhesivo. También podéis tamizar la luz forrando la parte interior de la tapa con papel blanco. ¿Listo? ¡Pues a experimentar!

En las imágenes veis a los peques experimentando con papel de celofán de colores pero podéis usar cualquier material translúcido (o no… pues así también ven qué pasa). A los míos les encanta crear recetas de colores: 1 celofán azul + 1 celofán amarillo +… se han inventado su propio código donde combinan números, letras y colores para crear todas las variedades.