Hoy quiero hacer una pequeña reflexión que hace días que me ronda por la cabeza. Expresar por escrito lo que he dicho en varias conversaciones. Si seguís redes sociales como Instagram o Pinterest, puede que sea algo en lo que ya habéis pensado. No, no se trata de lo perfectas que pueden parecer algunas vidas o de lo bien que les quedan las recetas y los desastres que creas en tu cocina, se trata del consumo y la sostenibilidad.

Siento que el consumo ecológico-consciente es una nueva tendencia. Una tendencia con cada vez más seguidores y, aunque éstos la sigamos con nuestras mejores intenciones, creo que nos olvidamos de lo más importante: sigue siendo consumo.

Siento que “por el bien del planeta» estamos desechando productos (de plástico) a los que aún les queda mucha vida para substituirlos por otros productos (de madera) porque sentimos que son opciones más sostenibles.

Hoy quiero aprovechar para hacer un pequeño llamamiento a la reflexión. Yo soy la primera que llevo años cambiando mis hábitos de consumo pero me ha llevado AÑOS estar en el punto en que me encuentro hoy, precisamente porque he intentado comprar lo mínimo, cuando realmente hace falta.

Tenemos que trabajar para que el círculo de “lo que necesito” y “lo que compro” se solapen y si lográramos también solapar el de “lo que quiero”, ya viviríamos en paz 😉

 
Antes de comprar, he intentado vivir sin ello, o reutilizando de forma creativa lo que ya tuviera en casa. Si no funciona, he intentado obtenerlo de segunda mano, de alguien a quien ya no le hace falta. Si esto tampoco ha sido posible, solo entonces he empezado a mirar qué opciones de compra tenía.

Hay muchos cambios que se pueden hacer en casa. Hagámolos con coerencia. ¿Como lo ves? ¿Crees que usas todos los niveles de la pirámide antes de comprar?
 

Si crees que este texto puede hacer reflexionar a otras personas, por favor, compártelo. Los grandes cambios empiezan por acciones pequeñas.