Aunque tenemos la suerte de vivir rodeados de naturaleza, cambiar de entorno por unos días es un gran estímulo.
Estamos pasando unos días en la montaña y me encanta ver como mis hijos se han buscado sus nuevos «juguetes» en un momento. Juegan con piñas, piedras y palos, hojas, frutos y raíces, en el mundo que ellos mismos han creado. A veces, aprovechamos también algo de cartón, hilo o gomas y hacemos tirachinas, espadas, cabañas, cocinas…
A mi hijo mayor (casi 7 años) le gusta mucho jugar con espadas y pistolas y la verdad es que al principio me costó muchísimo aceptar que las «armas» entraran en casa. Fue después de leer unas cuantas lecturas al respeto (recomiendo el artículo de jugar i jugar) que entendí que se trata de una parte más del juego simbólico y es así como empezó nuestro rincón de disfraces hace ya unos cuantos años… con unas espadas y escudos de madera, armaduras y telas que hacen de capas.
Los primeros días en la montaña, han sido unos días muy «bélicos» en que los dos grandes se han hecho sus espadas con unos palos y un poco de cartón y se han embarcado en la búsqueda y descubierta de nuevos territorios.
Visca la imaginació!
Qué espada tan preciosa!!
Saludos!!
Qué bonita es la imaginación! Ese artículo me gustó mucho, yo hizo ver los juguetes bélicos de otra forma, aunque admito que me sigue costando. Besos.
holaa! gracias por todas las buenisimas ideas que das! ya puse muchas en practica!
Me he enganchado a tu blog… me encanta.
Saludos 😉
pues si el campo es lo mejor, y echarle imaginacion, recuerdo yo la acampada que hicimos cuando yo era un moco, que mi padre nos hizo un arco con flechas, entre eso y las piedras estabamos mas que entretenidos jeje..
ahh por cierto te he dejado premio en mi blog;)
saluditos!!
veig que volteu pel Pirineu, nosaltres hi vivim. A gaudir-lo!