Por petición popular en mi Instagram, os muestro el proceso para teñir con plantas y restos de cocina (os intento colgar vídeos del proceso en los Stories destacados de mi Instagram). Como algunos ya sabréis, el mundo vegetal me apasiona. Las plantas nos ofrecen alimento, cura, cuidados y ¡colores! No hay nada más emocionante como extraer colores de lo que muchos consideran desperdicios o malas hierbas.

Yo empecé a teñir hará 8 u 9 años, cuando aún vivíamos en Catalunya. Empecé tiñendo lanas para tejer y algunos pañuelos de seda para bailar (entonces hacía danza del vientre). Teñir fibras de origen animal es algo más fácil porque los tintes cogen mejor y los resultados son uniformes y duraderos pero, todos queremos teñir algodón, lino u otras fibras vegetales, ¿verdad? Para ello hace falta ser algo más escrupuloso con la preparación de la tela y aceptar que los colores envejecerán y transmutarán con el tiempo y los lavados. Hay quien piensa que esto es la gran desventaja de los tintes naturales respeto a los sintéticos. Yo siento que es parte de su encanto. La pieza va cambiando, como nosotros, y si algo pierde el color antes de que mis hijos llenen la prenda de agujeros, pues siempre puedo volver a teñirla (no me ha pasado nunca aún…).

Rosáceos conseguidos con pieles y huesos de aguacate. Para conservarlos los lavamos muy bien (que no quede verde) y los dejamos secar o los congelamos.

En fin, vamos a por ello. El proceso tiene 3 partes:

  1. Preparar la tela
  2. Extraer el color
  3. Teñir

El tratar la tela es el paso más tedioso, el resto es lo divertido 😉

A. Preparar la Tela

Yo empiezo preparando las telas. Este punto puede hacerse incluso meses antes de teñir con lo que en el mundo de los tintes naturales, solemos dedicar el invierno a preparar telas y así en primavera cuando todo empieza a florecer ya tenemos las telas listas. Para preparar la tela debemos:

  1. Lavar
  2. Pretratar
  3. Mordentar

La camisa antes de empezar

1. Lavar

Las prendas de algodón contienen aceites de las semillas de algodón. Además, durante los procesos de hilado, a menudo se añaden ceras y otras sustancias para que las máquinas y las fibras se entiendan bien. Por ello, antes de nada siempre lavo la tela/prenda muy muy bien. Os doy las dos opciones que normalmente uso:

  • usar un programa con la temperatura más alta que me permite la lavadora
  • llenar un cubo con agua (aprox. 5l), añadir una cucharadita de jabón y 3 cucharaditas de carbonato sódico (sosa Solvay) por cada 100g de tela**. Removemos y dejamos la tela dentro durante 24h. La solución es básica por lo que mejor usar guantes para meter la tela dentro y sumergirla hasta que quede bien empapada.

Aunque las telas sean nuevas, os sorprenderías de lo marrón que sale el agua a veces… Hay quien usa un poco de sosa cáustica en lugar de carbonato sódico. Personalmente prefiero métodos menos abrasivos. El día que finalmente me ponga a trabajar con los vellones enteros de las ovejas de mi amiga, puede que cambie de idea.
IMPORTANTE: antes de lavar, es buena idea pesar la prenda o la tela para poder usar las cantidades justas.

2. Pretratar

Los tintes sintéticos son tintes directos o substantivos (que significa que se enganchan a las fibras sin problema) pero los tintes naturales son tintes fijativos: para poder engancharse en las fibras, necesitan la ayuda de un mordiente (una substancia que hace de puente entre la fibra y el tinte).
Para más inri, las fibras de origen vegetal como el algodón y el lino, no tienen una gran afinidad por los mordientes tampoco… por lo que normalmente se usan asistentes, sistemas con varios pasos, modificaciones de pH, etcétera. Yo es explico mis métodos simplificados pues al final, queremos disfrutar del proceso y si la prenda queda con un color que no es del todo uniforme, ¡casi que me gusta más!
Os explico dos opciones, podéis escoger la una o la otra (o ninguna!):

  • Leche de soja

La leche de soja no se considera un mordiente como tal pero se ha usado tradicionalmente para ayudar a fijar el color. Su uso viene de Japón, dónde hacen obras de arte increíbles, pintando la ropa a mano, estampando…
Es un método fácil pero a mi me gusta recordarme que no deja de ser una forma de malgastar alimento. Las plantaciones de soja no dejan de tener su marca medioambiental. Su cultivo conlleva la deforestación de muchas tierras, sobretodo en América del Sur, (aunque la gran parte se usa para el consumo animal y no el consumo humano) por lo que personalmente, si puedo opto por usar gallaritas y alumbre. Con esto no estoy diciendo que la leche de vaca sea mejor que la leche de soja, ¡no nos confundamos! Solo que si al leer alumbre potásico más abajo te asustas, tengas en cuenta toda la información para tomar decisiones conscientes.

El método: llenar un cubo con 5l de agua y añadir medio litro de leche de soja. Mezclar bien, añadir la tela y dejarla durante 24h. Pasado este tiempo, escurrir bien y dejar secar.
Lo ideal es dejar reposar la tela una semana antes de ir a por el siguiente paso. Yo soy algo impaciente y normalmente no me espero (hago un paso por día). Si queréis ser muy, muy escrupulosos, podéis repetir el proceso 2 o 3 veces.

  • Gallaritas – ácido tánico**

Las gallaritas son unas agallas (unos bultos) que crecen en los robles cuando determinadas especies de avispas los parasitan. Se han usado desde la época romana para hacer tinta (ferrogálica) pero nosotros las usamos para extraer ácido tánico, un polifenol presente también en las espinacas, el te, el sumac, el riubarbo, el catechu, la mayoría de cortezas…que se usa para ayudar a los tintes a “engancharse”.
El método: Se pulverizan las gallaritas (o se compra el polvo) y se pesan 20g por cada 100g de tela. Para que os hagáis a la idea, la camisa de las fotos es muy ligera y pesa unos 80g. Tengo otras más gruesas que pesan unos 150g.
Se disuelve el polvo en 1 o 2 litros de agua y se hace hervir a fuego lento durante una hora. Luego se añade la tela, se añade más agua para que quede cubierta y se deja reposar 24h. Pasado un día, escurrir y dejar secar y como con la soja, si se deja reposar la tela unos días mejor. Esta solución será ácida por lo que recordar usar los guantes.

3. Mordentar

Los mordientes son sales metálicas que actúan como puente entre el tinte y la tela. Hay algunos mordientes que son tóxicos. Mi idea al usar tintes naturales consiste precisamente en evitar el uso de productos innecesarios al tiempo que extraigo las increíbles propiedades de las plantas. Por ello en casa únicamente uso alumbre potásico para mordentar (a veces he usado hierro para modificar colores pero esto os lo explico en la entrada “avanzada” ;-)).
Hay muchos tipos de alumbre**, aunque el mejor para mordentar algodón es el acetato de aluminio**, yo uso alumbre potásico**. Por un lado porque me sirve también para teñir fibras de origen animal (lana) y por otro lado porque se trata de una sal mineral de origen volcánico, que no se sintetiza en el laboratorio y que se usa ampliamente en la industria alimentaria, médica, textil… ¡Hace ya 3500 años los egipcios ya lo usaban para desenturbiar el agua!
El método: peso 20 gramos de alumbre potásico por cada 100 gramos de tela. Pongo un par de litros de agua a hervir y una vez hierve, la vuelco en un cubo y añado el alumbre. Siempre uso guantes, el alumbre potásico es un irritante débil pero no hace falta ir remojando nuestras manos en él.
En un bol a parte disuelvo en un poco de agua y cucharadita de carbonato sódico por cada 100 gramos de tela. Luego lo vierto con cuidado en el cubo con el alumbre. Veréis que salen burbujitas (dióxido de carbono, CO2, como cuando mezclas vinagre y bicarbonato). Cuando las burbujas se acaban, añado la tela que he humedecido PRIMERO y la dejo 24 horas. Lo bueno del algodón es que no necesita calor extra para mordentarse bien.
Al día siguiente, escurro la tela y la enjuago con abundante agua para eliminar los restos de alumbre que no estén bien fijados. Lo podéis hacer a mano o con la lavadora. Ahora la tela ya está lista y no hace falta que la sequéis, la tendréis que meter húmeda en el baño de color.
El agua que os queda en el cubo, en principio está ya extinguida (el alumbre está ahora en la tela). Si queréis seguir tiñendo, la podéis re-aprovechar para mordentar más telas (como si fuera sólo agua, añadiendo el resto) o podéis desecharla. Una de las ventajas de evitar mordientes tóxicos es no tener que lidiar con residuos tóxicos.
NOTA: uso un cubo, cuchara, olla, unos cuencos y un colador específicos para teñir. No los uso luego para cocinar.

Esta es la teoría para que el color perdure en el tiempo y ante la exposición solar. Después cada persona decide. Hay quien hace únicamente un pretratamiento, otros sólo mordentan la ropa y otros siguen ambos pasos. Mi consejo es que hagáis lo que encaje más con vuestras circunstancias personales. Yo misma a veces sigo los 3 pasos y otras veces me salto el pretratado o el mordiente. Si lo preferís, en casa podéis usar únicamente leche de soja y aceptar que el color no durará como el de una prenda comprada en una gran cadena. También hay quien hace únicamente el pretratado con soja y luego usa una olla de aluminio para teñir, de forma que el aluminio de la olla pase hacia el agua y actúe de mordiente. Personalmente, mis utensilios para teñir son ollas ya retiradas y no son de aluminio (prefiero cocinar con metales más seguros). Además, prefiero controlar la cantidad que echo. Por último y no menos importante, la mayoría de tintes naturales pierden eficacia si tiñes y mordientas a la vez. Parte del mordiente que está disuelto en el agua se une al tinte sagrestándolo.

B. Extraer el Color

Empieza la diversión. Os sorprenderías la cantidad de plantas que pueden usarse para teñir. A mi me gusta empezar siempre por los desechos de la cocina. Aquello que iría directo al compost. El amarillo de estas fotos está hecho con pieles de cebolla (la normal, con pieles marronáceas). El rosáceo con pieles y huesos de aguacate. ¡Estos son sin duda mis dos tintes preferidos!

Mi camisa teñida con pieles de cebolla 🙂

Podéis probar también el té (marrones grisáceos), la col lombarda (violetas claros), la remolacha (rojizos), la cúrcuma (amarillo), las alubias negras (azules). Estos colores «de cocina» son tintes fugitivos, que no van a perdurar en el tiempo pero la matria prima es muy fácil de obtener. Luego tenéis tooodas las plantas. Algunas llevan años y años usándose para teñir porqué dan colores sorprendentes pero mi moto es apreciar todo lo que me rodea. Probar aquello que es abundante. Me he llevado más de una sorpresa así. Las ortigas, unas grandes incomprendidas, son una de mis plantas preferidas y no solo para comer y curar. También por su color:

La ortiga genera unos tonos grisáceos preciosos

Algunas de las plantas más utilizadas para teñir son: Rubia tinctoria, Reseda luteola, Indigofera tinctoria, Isatis tinctoria, Cota tinctoria y muuuchas más. Pero lo dicho, ¿por qué no probar con lo que crezca abundantemente en tu alrededor?

El procedimiento para extraer color es muy simple. Cortamos el material vegetal el trocitos pequeños para extraer el máximo de color y lo hervimos (cubierto en agua) a fuego lento. Hervimos un rato (30 minutos a 1 hora) y dejamos reposar. Si el agua no ha adquirido un color muy intenso, hervimos un rato más… Siempre estoy 24-48h dejando que los pigmentos emerjan.

Cuando el agua ya tiene un color intenso, podemos probar como quedará con un pedacito de gasa. Luego lo colamos (yo uso un colador cubierto con una gasa, podéis usar también un colador chino) para quedarnos con el líquido (sin restos vegetales).

C. Tenyir

Y llegó el momento, ahora sólo hace falta sumergir la prenda en el extracto de color (el líquido del apartado anterior). Siempre añadimos la tela húmeda para que el color quede más uniforme. Se puede teñir en frio, esperando a que el color penetre, o con calor externa. Yo normalmente lo dejo un rato a fuego lento (30 minutos a 1 hora) y luego lo dejo reposar 24-48h.

NOTA: si el extracto de color no os cubre la prenda de ropa, añadir más agua hasta que quede cubierta. Añadimos la mínima imprescindible para no diluir demasiado el color.
El color que la prenda muestra dentro de la olla siempre es más intenso que el que queda después de enjuagarla y secarla. Tenlo en cuenta para decidir cuando sacas la prenda del baño de color. Yo siempre enjuago bien al acabar así no hay un gran cambio cuando luego lavo la prenda por primera vez.

En la foto tenéis la camiseta acabada de sacar del tinte, con un color mucho más intenso que la foto en que la llevo puesta

Como veis, el proceso más tedioso es el de preparar las telas/prendas pero si tenéis un cubo en el baño y cogéis el ritmo, a la que lo has hecho dos veces ya no te supone esfuerzo alguno y los resultados realmente valen la pena. ¿Alguien más aficionado a los tintes naturales? ¿Os quedan dudas? ¡Preguntad en los comentarios!

Para hacer patrones en la tela, a menudo hago nudos antes de meterla en el baño de color

**¿!¿USAS PRODUCTOS QUÍMICOS PARA TEÑIR DE FORMA NATURAL?¡?

Puede que te sorprenda leer el nombre de compuestos químicos en una entrada que lleva la palabra natural en el título. Desde aquí quiero romper un poco con el mito: todo lo químico es malo. No es porqué estudiara ingeniería química antes de tener a mi primer hijo y cambiarme a biología, es porque en realidad, todo son productos químicos. Todo, absolutamente todo lo que nos rodea está compuesto por los 118 elementos de la tabla periódica. Hace falta repasar lo que entendemos por producto químico y lo que entendemos por natural pues el arsénico, por muy natural que sea, te deja bien muerto.
Yo intento encontrar un equilibrio con cada una de las decisiones que tomo. En el caso de los tintes naturales, hay muchas cosas a tener en cuenta. Para mi se trata de encontrar un compromiso entre resultados que perduren y usar el mínimo de energía e ingredientes, intentando que estos tengan un bajo impacto medioambiental y sean seguros. Por ello, normalmente lavo con un ciclo de agua caliente, pretrato con gallaritas y mordanto con alumbre potásico y a veces uso únicamente leche de soja.