Una de las cosas que más nos asustaba de venir a vivir a Escocia era el clima… ¿como no? Todo el mundo nos decía que íbamos a aburrirnos de lluvia y frío pero debo decir que no es para tanto… aunque si que a veces se echa de menos el sol. Hay muchas horas de luz pero pocas de sol «de verdad» así que para alegrarnos un poco más el día he vestido una pared de flores de colores.

Es la pared del cabezal de nuestra cama que hace un entrante extraño (por el fuego a tierra) y no sabía muy bien cómo decorar… Como veis no sólo dormimos mi compañero y yo… el móvil de pececitos nos delata. En realidad la que mejor duerme en esta cama es la bebé (¡que pronto cumplirá un año!).

Decorar una pared con flores no tiene misterio… Yo he usado flores artificiales de Ikea. Las estaban liquidando y me costaron a 10 céntimos el ramillete. Corté los tallos y las pegué con washi tape a la pared dibujando líneas verticales.

TRUCO: para que no se despeguen de la pared, una vez pegadas, usad el secador de pelo para fijarlas. Al calentar el pegamento del washi tape se adhiere mejor a la pared.

Si os «sobra» washi tape también podéis decorar unas latas como os enseñé algún tiempo.