Estos días en la montaña hemos aprovechado también para recolectar nuevos materiales. En casa tenemos unos botes que llenamos con piñas, piedras, castañas… todo lo que vamos recogiendo de la naturaleza. Los botes viven en la cocinita pero los usan para infinidad de juegos… Ayer hicimos un experimento (a E. le encantan…)
Sólo tenemos que coger alguna piña abierta (preferiblemente del mismo año o año anterior) y sumergirla en agua…
Y… ¡la piña se cierra!
Y es que la naturaleza es muy sabia y cuando llueve demasiado, un pequeño «cierre» de la piña se contrae para evitar que los piñones caigan sobre suelo demasiado húmedo y se estropeen. Cuando vuelve a secarse el mecanismo vuelve a «abrirse» para que los piñones puedan ser liberados.
Buena idea!!!
Muyy interesante!!
tenemos que probarlo! aunque por aquí no hay muchas piñas 🙁
A nosotros nos encanta hacer el experimento a la inversa. Coger la piña cerrada y llevarla a casa dejarla al calor (sol, radiadores en invierno, chimenea en casa de mis padres) y ver como se abren y sueltan los piñones.
Gràcies per compartir-ho!
Esta idea es preciosa y además puedes hacer una maceta. Yo he puesto una piña en un plato con agua y dentro de la piña algunas plantas y se mantienen bien. Yo lo hice con una planta que llamamos cinta.
Gran experimento…. Necesito piñas!!!
Lo hemos hecho! Además con piñas que estaban muy abiertas, medio rotas y feotas (era lo que había)
Carmen decía que era mágia! Además al cerrarse quedaron como nuevas 🙂 Muchísimas gracias por enseñarme este truco. Lo hemos pasado genial!