A los más pequeños les encanta experimentar con nuevas texturas y siempre les dejo jugar con «cajas sensoriales» que no son más que un tapper lleno con cualquier cosa… esta vez arroz y canicas.

Los peques buscan las canicas entre el arroz y cuando las encuentran las dipositan dentro de un bote de nocilla (vacío y limpio evidentemente…) al que he hecho un pequeño agujero en la tapa. De esta forma practican también sus habilidades motrices finas.

Recordad que las canicas son muy pequeñas y deben usarse bajo la supervisión de los adultos.